jueves, octubre 25

Entre alcohol y libros.

Así he estado en este tiempo que no he escrito nada. Entre alcohol y libros.

Comienzo el camino que me llevará a algún futuro, me hago llamar universitaria e intento comportarme como tal. Mi forma de ser sigue siendo etílica y no me molesta en lo absoluto, me gusta ser así sin necesidad de alguna sustancia externa a mi cuerpo.

Fue así como lo conocí a él, David. Fue en una fiesta, cabe decir que no soy fiestera aunque igual y se lo imaginan, él se acercó, tomamos, hablamos de libros con la música de fondo sin prestarle demasiada atención y nos unimos en un beso, Ya sé, típico. Sin embargo esta ocasión no fue tan típica, los dos lo sentimos muy en el fondo porque no estábamos tan tomados, pero sí lo suficiente para desinhibir nuestra timidez natural. Hice la asquerosa escena de pararme de puntitas realidad para poder besar el piercing de su ceja.

No sé la verdad qué busco con escribir esto, pues he hablado con él bastante superficialmente y fuera de la fiesta sólo nos hemos visto una vez...además esto es "confesiones de un amor imposible", se supone que no debería escribir tanto acerca de algo posible y que va más lento que un coche atrapado en el tránsito de la Ciudad de México, pero quise hacerlo porque en algún lugar debo escribir, dejar una huella cibernética en algún lugar en donde al menos yo me pueda reconocer. Me urge escribir lejos de mis páginas, me urge comentar que he leído a Erick en silencio, realmente es al único ya que leo. 


Me urge dejar por escrito lo que en su momento no pude escribir, pero sí viví.


1 comentario:

Erik! dijo...

Y qué tiene que lo imposible se pueda hacer posible... he allí lo mágico... ver como lo que deciamos "nunca será", se da. Si quieres q las cosas sigan allí, pues bien... pero si quieres q fluya a más, estás en todo derecho de dejarlo fluir...

Y en tanto a la universidad, pues dicen q la universidad es la última oportunidad para ser locos... asegurate que sea así ^^!

Cuidate
Erik!

pd.Me da gusto cuando escribes!